La
asociación internacional de semiólogos con sede en Perpignan
(reconocidos por su sigla en francés DIZQUE) ha publicado un reciente
estudio, en el cual asevera que el humor del doble sentido está
estrechamente ligado con principios de locura. La presidenta de DIZQUE,
la alemana Deborah Verger (la segunda R es sordomuda), ha señalado como
un triunfo la publicación y reconoce que jamás se ha reído por una
sentencia doblemente malintencionada. Por su parte, el semiólogo japonés
Comoto Tuma advierte que el ser recalcitrante en este tipo de “pobreza
humorística” puede desencadenar en problemas de agitación manual, como
le sucedió al personaje de Charles Dickens, Master Bates. No obstante,
la italiana Massima Perrotta, con doctorado en Semiología Lingüística de
la Universidad de Génova, reconoce que no en todas las
personas que se dedican a encontrarle el doble sentido a la realidad, “o
al lenguaje, que es lo mismo”, aparecen los mismos síntomas. Señala
entonces que el principal síntoma es la modorrea, “pereza mental y
atascamiento de los párpados”. El egregio doctor chino Hajon-Jo-Li
recomienda las lecturas de los códigos civiles y de las viejas cartas de
amor, en cuyas hermosas y “diáfanas” declaraciones nunca hubo el mínimo
asomo de doble sentido. El insigne Hajon-Jo-Li nos regala una
sentencia: “Ayer cuando te vi se me paró el animalito que llevo en el
bolsillo, tú sabes, el canario, que celebra verte también, y pensé
decirte ‘¡Cómo estás de cuca hoy!’”.
En la imagen la semióloga Massima Perrotta (Foto cortesía de mamá Perrotta).
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