RECLAMO DE UNA EXPERTA EN DAR LENGUA

Preocupada por el uso inadecuado del idioma, la profesora de Lengua Dra. Saturnina Cala Ámbur hizo llegar a los editores una carta desesperada donde denuncia el uso excesivo (es decir más de uno) de anglicismos y neologismos por la ausencia de fuentes rigurosas de consulta de vocabulario. Echemos vaina le abre las puertas a la reputada señora para que se desahogue y nos ilustre con sus conocimientos académicos despúes de dar lengua durante décadas en varias universidades.

Señores 
Echemos Vaina

La Ciudad

Una vez superada la cotidiana tortura de convivir en mi lugar de trabajo con mequetrefes desinteresados por el uso correcto de la lengua, recibo la noticia de que (por ejemplo en este caso está bien usado el “de que”) los diccionarios de María Moliner se encuentran a punto de morir y que su fin es inminente (no confundir con eminente como hacen algunos). Este definitivo RIP (que viene del latín Requiescat in Pace y no del inglés Rest in Peace como quisieran algunos anglófilos, aunque hay quienes dicen que el latín viene de Eire, no de Europa) dejaría a los vendedores de diccionarios puerta a puerta sin la posibilidad de recorrer las calles. Yo si decía que la intromisión de la era digital no podría traer nada bueno y que nos iba a traer definitivamente la sal (NaCl, por si acaso), aunque naturalmente yo no creo en esas magias agoreras propias de granujas y pelafustanes. Y así como nos quedamos esperando que los alumnos (palabra que algunos erróneamente consideran que etimológicamente significa “sin luz”, pero realmente proviene del verbo alere cuyo significado es alimentar, de modo que no sólo es intercambiable con el vocablo “estudiante” sino muchas veces preferible) dejen de lado la facilidad de la búsqueda en la red (“internet” califica como insoportable anglicismo y neologismo de la más dudosa procedencia), no puedo dejar pasar la oportunidad de iniciar una campaña que salve el diccionario para que nos siga ilustrando sobre los más atribulados y oscuros vericuetos de nuestra lengua española. Muchos deben de estar (es legitimo el uso de “debe de” cuando significa duda, no obligación) casi huérfanos ante tan fatídica situación. ¿Cómo será mi vida sin poder advertir, que piloto es un argentinismo por impermeable; peineta, un chilenismo (frente a peine); calle, un españolismo (cuadra en los demás países); recámara, un mexicanismo (frente a dormitorio); guinche, un uruguayismo (frente a grúa); y guindar, un venezolanismo (frente al término colgar), alcaucil, que es argentinismo y uruguayismo, frente a alcachofa; o de papaya, de uso más extendido, frente al argentinismo mamón o el venezolanismo lechosa?

 Saturnina Cala Ámbur fue profesora emérita de Lengua en el Mondoñedo Institute (MIT) y una de las figuras más destacadas en los programas televisivos culturales de la madrugada, gracias a sus trabajos en teoría lingüística y lengua para todos.

Foto de la compungida maestra minutos después de escribir la carta.





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