Nobleza de Acero, una biografía a puñetazos
A
propósito de los cuarenta años que se cumplen de la famosa pelea
por el título mundial gallo tapao entre Jorge Nitales del Hierro y
El asesino de Easton,
Larry Holmes, celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York en febrero
de 1974, Echemos vaina recuerda hoy al increíble pugilista
colombiano.
El
boxeador Jorge Nitales del Hierro, más conocido en el mundo
pugilístico como Nobleza de Acero, surgió de un matrimonio de
primos que vivía a orillas del río Sinú. Así como sucedió con
sus hermanos mayores, Nobleza de Acero estaba destinado a casarse con
una de sus cuarenta y tres primas, por esas maldiciones ancestrales
en que los habitantes de aquel pueblo creían. Pero Nobleza de Acero
fue el primero en romper la maldición, puesto que años más tarde
se casaría, no con una prima, sino con un primo. Desde pequeño, el
joven Jorge Nitales del Hierro mostró sus dotes de boxeador, cuando
derriba sin esfuerzo los dientes de sus hermanas menores a punta de
trompadas. Estas aventuras forjaron su carácter y ecuanimidad.
De los
once a los catorce trabajó como acólito en la parroquia del pueblo,
y fue allí, a punta de temple, y por detrás del viejo monasterio,
que se hizo hombre de rodillas, es decir, penitente, pero sobre todo
generoso. Aunque nunca fue muy creyente, a pesar de la toma diaria de
hostia con arequipe y queso rayado, llevaba tatuado en el bíceps
derecho “Por siempre Chucho”.
Una mañana
de marzo, mientras Nobleza de Acero barría la entrada principal de
la parroquia, vio, anonadado e indignado, cómo un hombre golpeaba a
una mujer, en plena calle y a plena luz del día. Sin pensarlo dos
veces, Nobleza de Acero arrojó la escoba al piso, se desprendió de
su sobrepelliz celestial, y corrió al gimnasio de la esquina. Se
haría boxeador. Ese día cambió para siempre el destino de Jorge
Nitales del Hierro.
Como
púgil, Nobleza de Acero batió copiosos récords en menos de cinco
años. Es el boxeador con más costillas rotas en una pelea sin
título, así como el contendiente que más ha escupido dientes tras
un puñetazo. En 1972, su récord era de 10 derrotas por knockout, 15
derrotas por decisión unánime, un empate (aquella vez su oponente
no se presentó y debió pelear contra el anciano preparador físico;
los diarios deportivos la rotularon como “Sanson contra Dalila
siglo XX”) y una victoria por W. Su única pelea por el título
mundial gallo tapao fue en febrero de 1974. Aquella noche, en el
Madison Square Garden, ganó, ganó muchísimo en experiencia luego
de una fatal derrota, a manos (o quizás debamos decir “a puños”)
de un joven Larry Holmes. La pelea iba pareja, antes del primer
campanazo, y fue cuando Nobleza de Acero invitó a Holmes a ver Bonny
and Clyde en el cine de la esquina, con
palomitas y Pony Malta. La rabia de Holmes lo mandó al hospital,
donde recibió trasplante de cadera, de quijada, de clavícula y, por
error, de busto. Una larga fanaticada (cuatro de sus primos) lo
acompañaron en la recuperación y en honor a ellos, Nitales del
Hierro tomó la difícil decisión de retirarse de los cuadriláteros.
Curiosamente,
las victorias y éxitos vendrían después del boxeo.
Ya
recuperado, y con un bello realce de sus pechos, intentó en el
ajedrez. De aquel juego ciencia vendría su más sonada victoria,
contra el campeón del mundo Bobby Fischer. Nobleza de Acero no
necesitó ni de un gambito ni de un jaque para vencerlo. Con tres
trompadas y un gancho de zurda lo mandó al suelo. Fue un escándalo
deportivo.
Incursionó
después en el tenis, por consejo de John McEnroe, a quien conoció
una vez en una pelea a cachetadas en una discoteca neoyorkina, pero
lo abandonó con brevedad, dado que nunca le gustó como rebotaban
sus pelotas.
De regreso
al país, montó un gimnasio boxístico en su natal pueblo, y fue
allí que contrajo matrimonio con Cleopatro Bustos del Hierro, su
primo hermano. Debido a sus precarias condiciones económicas, se
lanzó al Congreso y fue elegido con sólo los votos de su enorme
familia. Consecuente con su pensamiento ideológico, liberal y
moderno, promulgó la ley “cachetada”, que consistía en cinco
minutos de golpiza intrafamiliar, todos contra todos, de manera
obligatoria, para lo que él llamó “el despertar de la Nación”.
En el Congreso siempre será recordado por sus acrobáticos tacones
de cuero y sus cortas faldas, además que siempre hizo un favor a
cada uno de los 166 representantes a la Cámara. Tras años de
exitosa politiquería, murió en su lecho, rodeado de sus primos, por
una amorosa y violenta montonera. Su legado deportivo y social es
infinitamente inexistente.
En la
imagen, Jorge Nitales del Hierro, conocido mundialmente como Nobleza
de Acero, en una sesión fotográfica para Sports Illustrated.
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