ESTÍMULOS EN LA SEDUCCIÓN


La siempre polémica ingeniera erótica Aydé Pilar del Monte logró después de cientos de experimentos con reos demostrar que los estímulos de un macho para seducir están ligados a su instinto, es decir, su coreografía esencial se inscribe en la psiquis, como consecuencia de la selección, la evolución, el tiempo, los desaires y en ciertos casos el crimen cometido. Por eso, personas de todas las culturas o cárceles personifican en sus reuniones sociales, trabajos y diversos puntos de reunión juegos de atracción que muestran inquietantes semejanzas y amenazas.

Cortejo
Esta es la secuencia universal del flirteo, el comienzo de una fugaz sincronía amorosa en donde el sujeto está lleno de ganas (de conocerla) y ella de ser conocida.
- La mirada: no supera los dos o tres segundos, aunque hay casos en que la belleza es tan extraña que amerita unos 30 o 35 segundos para asegurarse de que lo que se ve es cierto. En esta etapa las pupilas se dilatan en él, mientras que otras partes se dilatan en ella. Esta primera mirada activa las partes cerebrales en la mujer que la alertan frente al intruso y las gástricas en el hombre que le abren el apetito.
- La conversación: no es tanto lo que se diga sino cómo se diga (diría ella). No es tanto lo que diga sino cómo se lo hago creer (diría él). La voz pone en superficie las intenciones, el entorno cultural, el nivel de educación, el verano, los años que pagó de condena y otros detalles que determinarán la continuidad o el fin del flirteo.
Enamoramiento
Hasta hace poco, el análisis del amor era territorio de Corín Tellado. Hoy, luego de haber escaneado grandes cantidades de cerebros, se sabe que en este mecanismo de enamoramiento intervienen una gran cantidad de hormonas, descargas neuronales, sustancias químicas y múltiples factores biológicos que hacen que el macho, principalmente, viva todo el tiempo cargado (químicamente hablando). Por ejemplo, cuando dos personas se sienten muy atraídas, se segrega en ambas a gran escala una molécula llamada feniletilamina, más conocida como babaza, que agiliza la transmisión de información entre las células y causa esa sensación de euforia, optimismo y energía en la que se sumergen cuando están enamorados o ven revistas para adultos. Así es como las mujeres pierden la cabeza, ven el mundo color de rosa o se sienten flotando, mientras que en el caso de los hombres se origina un vertiginoso aumento de talla de pantalón. “Es como si se disparara una señal de alarma, frente a la cual el organismo entra en una especie de huída”, diría alias Careplancha, uno de los presidiarios colaboradores. El corazón late más rápido, la presión arterial aumenta, se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular. En fin, lo que los escritores Ortega y Gasset describieron como "imbecilidad transitoria". Es un estado maravilloso pero no eterno; no es posible mantenerlo bioquímicamente por mucho tiempo después de los 35 años. “Es el reino del siento-luego-existo de la carne, vísceras y embutidos, las atracciones y repulsiones primarias, secundarias y universitarias; territorio donde la razón es una intrusa y el celo quien hospeda”, diría alias Careplancha. “Todo es impulso y oleaje químico, donde se asientan el miedo, el orgullo, los celos y el ardor”, diría la especialista después de una visita conyugal al reo
Foto inédita de Careplancha donde demuestra en su tatuaje todos sus sentimientos sobre la ingeniera del Monte.



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