MI ÚNICO SUEÑO ES SER POBRE

Siguiendo con la línea de visibilizar la tragedia de los seres humanos, en Echemos Vaina traemos la triste historia del banquero multimillonario Fortunato Próspero Rico, quien ha sido señalado por el diario de economía The Pailas como uno de los más desgraciados del mundo, no por ser banquero (lo cual es una obviedad) sino por el drama que lo persigue: querer ser pobre y no alcanzarlo. Si bien filósofos, antropólogos y asalariados han coincidido en que para alcanzar la miseria no se necesita de un talento especial, el caso de Fortunato es excepcional, pues ha puesto todo su empeño para lograrlo con escasos resultados. “Mi vida es miserable, siempre he querido que me tratasen como cualquier hijo de nadie, pero no he podido. Desde niño siempre deseé que los reyes magos no vinieran y en el caso de que lo hicieran me trajeran recibos y cuentas por pagar. Pero resultaba todo lo contrario, me regalaban autos con todo y chofer, bancos, periodistas y curules del congreso”, recuerda Rico. En contra de sus asesores de finanzas, Fortunato, ya desesperado, decidió hacer un último intento para lograr la pobreza. Invirtió todo su dinero en causas sociales siguiendo el ejemplo de famosos cantantes internacionales y astros del fútbol con tan mala suerte de que tales acciones le redujeron los impuestos al mínimo, logrando así considerables ganancias. Finalmente y como una confabulación de su triste destino, el banquero comenta que Esmeralda, su única hija, próximamente contraerá matrimonio con el abogado de narcotraficantes Bonito Asprilla, haciendo oídos sordos al pedido de su padre quien esperaba que contrajera nupcias con un profesor.

Foto inédita de Fortunato queriendo llevar una vida "perra".


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