EL ENGAÑADO POR SU AMANTE
En Echemos
Vaina volvemos con otro relato salvaje sobre el amor de una mujer. La
protagonista es la artista plástica Kelly Gadura de Hoyos, quien
después de un turbulento divorcio emprendió una nueva aventura en
busca de su amor verdadero. Aquí su historia.
Después de
que su abogado ganara en los tribunales su divorcio, la artista Kelly
Gadura de Hoyos, con los ahorros de toda la
vida de Hoyos y con las ganas de buscar el amor verdadero,
convence a sus amigas de hacer un viaje de solteras y hospedarse en
un lujurioso motel en el Caribe. Quieren el
destino, el azar y la fortuna que también vacacionen por el
balneario tres solterones con similares ensueños. Uno ha sido
traicionado por su mujer, otro por su novia y un tercero por su
amante. Entre damas y caballeros hay bromas, coqueteos, refriegues e
insinuaciones, pero a pesar de tantos amagos y oportunidades, sólo
queda en pie un fugaz pellizco de Kelly para el hombre engañado por
su amante. Ella ha quedado impresionada por la personalidad
arrolladora del hombre y por los fajos de dólares en su billetera, y
las promesas de verse en la alcoba se cumplen rápida y
apasionadamente. El carisma natural del sujeto cuando hace chistes de
doble sentido, su seguridad en sí mismo cuando muestra sus verrugas y su simpática insolencia cuando increpa a sus semejantes,
permearon la incredulidad de Kelly. En el transcurso de los primeros
treinta días, “el engañado por su amante” se dedica con
paciente tenacidad a convertirse en un amante insaciable y a
escudriñar cada detalle oscuro, extraño y escondido de Kelly, quien
está fascinada por tan inusual interés de que este experimentado
hombre quiera escarbarlo todo. “Cuesta
mucho en el mundo actual que un hombre como él permanezca despierto
después de la intimidad y que se muestre realmente atraído por mis
detalles. ¡Por fin he encontrado el amor verdadero!”, dice Kelly.
El sexo y
sobre todo los regalos son irresistibles: Kelly se enamora como nunca
y desarrolla durante los primeros tres meses una adicción
física y económica por ese compañero generoso (y no lo dice por sus excrecencias). De hecho,
siente que sus experiencias anteriores con su ex-marido no fueron más
que mamarrachos de un niño al lado de este gran óleo pletórico en
colores y trazos magníficos que lo retratan como el amor verdadero.
Pero al cabo de un año las ocho décadas vividas por “el engañado
por la amante” hacen mella. El consumo exacerbado de sildenafilsex,
la reaparación de una hernia y la bancarrota
empujaron a Kelly a reconocer que la pericia para manipular,
persuadir, escarbar y regalar del “engañado
por su amante” eran ya cosa del pasado. En pocos días Kelly siente
que su hombre ya no domina el pincel, ni pinta los decorados, ni
asigna los matices, ni reparte los trazos de otras tardes. En pocas
palabras, Kelly reconocería que no existe
el amor verdadero.
En la foto Kelly, "el engañado por la amante" y "el engañado por su novia" minutos antes de los coqueteos, refriegues e
insinuaciones.
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