TRAS LA PISTA DEL GURÚ ZALAMERO ABDULÁ DHOR

Cerca de cinco años tardó el grupo de editores de Echemos Vaina tras la pista del gurú de oriente maestro Zahalamero Abdulá Dhor especialista en electromagnetismo casual y coreografías complejas de seducción espiritual, sin ningún resultado. El único material al que tuvimos acceso de esta eminencia es un documental sobre la reencarnación y el pie de atleta protagonizado por él. Presentamos su perfil a continuación:

El Maharishi Racamandaca Yogui de Zalamero Abdulá Dhor nació en una de esas ciudades desarrolladas. superpobladas y contaminadas de oriente. Recibió una buena educación en una de esas universidades costosas donde sólo pueden asistir los hijos de Buta (dios de los negocios torcidos). Sus biógrafos aseguran que estudió algo, pero como no hay diplomas que lo demuestren, la versión oficial es que fue un milagro que haya pasado por la educación superior. Fue devoto discípulo del Gurú Lahmed Zuhelas, maestro que después de pisar un cable pelado y recibir una enorme descarga eléctrica fue considerado en la región como el iluminado. Tras años de lavarle los pies, elogiarlo en público y chuparle las medias (ceremonia milenaria de los descendientes de Buta para la búsqueda de trabajo), Abdulá sería elevado a la figura sagrada de la candela que ilumina las tinieblas. Pocos meses después al enterarse Lahmed que siete de sus mujeres habían sido calentadas por Abdulá, no lo nombró sucesor y quiso darle materile (palabra en sánscrito equivalente a chumbimba). Abdulá decidió entonces ponerse por su cuenta a mostrar el camino y a calentar seguidoras logrando un fervor popular que lo obligó a abrir su corazón, sus bolsillos y nuevas sucursales. Durante este tiempo empezó a dar "conferencias" en el sur sobre como deshacerse de la riqueza y alcanzar el estado de gracia. Con apenas 34 años descubrió en una sesión de contemplación y manipulación trascendental que llevar sus manos juntas a la altura del pecho y no en la entrepierna, generaba mayor veneración entre sus adoradores. Para sorpresa de sus empleados y de sus seguidores Abdulá desapareció un día con su secretaria dejando un escrito donde manifestaba que era el momento de partir al paraíso a seguir dando candela. Nunca más se supo de él.

"La vida tiene momentos buenos y otros que no lo son tanto"
"Una mujer prefiere a un hombre rico, bello e inteligente, que a uno pobre, feo y tonto"
"La única vez que me equivoqué fue cuando pensé que estaba equivocado"

Zahalamero Abdulá Dhor


Foto inédita del yogui en una campaña publicitaria
de un nuevo delineador de ojos.

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