"ETIMOLOGANDO” CON CENÓN MORENO: VIRUS

A propósito de la pandemia que azota al planeta (nos referimos al Covid-19 y no al 11:11, último álbum de Maluma), los epidemiólogos de troyanos de Echemos Vaina contactaron una vez más al filólogo catracho Cenón Moreno, más conocido como Cenotafio entre sus difamadores, para que nos trazara la línea histórica de la palabra virus y, además, nos compartiera sus opiniones al respecto. 

Infortunadamente, el ilustre Moreno contrajo el virus en el casino The Old South (TOS), además de una enorme deuda, donde asistía a una conferencia sobre cómo apostar los ahorros y ganar millones sin morir en el intento. El filólogo, recluido en las instalaciones de la Parca (Paramedics Regional Centre), consideró que mientras tenga un pulmón (el otro se lo extirparon), un corazón de valiente (el anterior se lo extirparon) y las ganas (ambas se encuentran en estudio para ser extirpadas), saldrá adelante. Manifiesta, así mismo, que la humanidad se halla ante el desafío más grande de la historia, después del enigma del huevo o la gallina.

Virus

A través del proto latín viruta, que denotaba “insignificancia, fruslería, baladí”, los políticos romanos se referían a las pequeñas adendas que incluían en las leyes cuando el pueblo y el emperador dormían. Esas diminutas “insignificancias” legales con el tiempo modificaron y mortificaron la vida de los ciudadanos, que vieron cómo esas “virutas” acababan con su forma de vida.

De esta manera, el médico y biógrafo de viudas de emperadores, el gran Cayo Lucio Sentado, le otorgó el nombre de virutas a esos compuestos químicos conformados por cadenas de ácido nucleico que destruyen células, los cuales descubrió una noche en que una viruta legal lo dejaba sin pensión.

La primera inclusión del término en la literatura la hizo el poeta Herpesio Macrobio, con su poema Lago nada:

(Fragmento)

Un virus mortal

Una viruta maligna

Un ardor en el clarín

Gleras en el lago

Viringo por el mundo.

En la imagen, las enfermeras que atendían a Cenón Moreno tras saber que le daban de alta