HOMENAJE A LA POETISA ESPERANZA DE BARROS
Hoy
se cumplen 10 años de haber sido lanzadas al mar las cenizas de la
dermatóloga y poetisa Esperanza de Barros, quien se destaca en la
actualidad por su pluma y sobre todo por su exacerbada adicción al
cigarrillo.
Envuelta entre botox y vates, Esperanza de Barros inicia su carrera
tardíamente, pues publicó sus dos primeros libros a los 45 años,
“Fístulas y epístolas” e “Inspiración y transpiración”, una colección de
sonetos que tuvo un tiraje de 26 ejemplares cada uno, todos a la
basura. “Fue tan extraño, imaginé que tenía una pluma en mi mano derecha
y un comedón en la izquierda, y que una voz gritaba: ¡Escribe!
!Aprieta! ¡Escribe! !Aprieta! Y así me llegó la creación lírica”. Para
el crítico literario Omar Tirio, quien lleva cinco años investigando la
vida y obra de la poetisa sin lograr algún hallazgo, afirmó que “la obra
de ella al parecer fue escrita para encandilar a las masas. Su obra es
ingente y para algunos astringente. Dicen que tiene su propio estilo
personal y directo (va al grano), y que parecen escritas para sí misma
con el fin de describir una serie de experiencias relacionadas con el
amor y la seborrea. Lo que sí sé, es que muchos echan de menos en las
obras de Esperanza de Barros la falta de diálogos y el exceso de
onomatopeyas”.
Debido al contenido de sus libros en donde dejaba expuesta la vida
íntima de sus vecinas, Esperanza de Barros es considerada por sus
colegas como una poeta maldita, aunque algunos allegados alegan que
dicha consideración la hacen algunos de sus pacientes por sus dolorosos
tratamientos.
Compartimos un fragmento de "Inspiración y transpiración":
Bañará usted con presteza asombrosa,
Sin descuidar espalda ni cerviz.
¡y cuando lave la cara más roñosa
quitará el sudor de su nariz!
Fotografías inéditas de la escritora, cortesía del señor Barros.
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